No cabe duda de que la señal WiFi es esencial para una buena conexión a internet en casa, sobre todo cuando se usa para diversas actividades como trabajar, estudiar, jugar y conectar dispositivos inteligentes. A continuación, exploramos algunas situaciones comunes que pueden afectar tu conexión y cinco simples soluciones para optimizar el alcance de tu WiFi.
Reinicia tu módem Una de las maneras más sencillas de mejorar la señal WiFi es reiniciar tu módem una o dos veces al mes. Solo tienes que desenchufarlo, esperar 60 segundos y luego volver a conectarlo.
Revisa el diseño y la estructura de tu casa Las paredes no siempre permiten que las señales WiFi se transmitan eficientemente. Si las paredes son de ladrillo, piedra o hormigón, es probable que experimentes una conexión más lenta o cortes intermitentes, ya que estos materiales bloquean las señales. Si el módem está cerca o dentro de una estructura metálica, también puede haber problemas, ya que el metal refleja las señales y reduce el alcance.
Mantén el módem alejado de dispositivos con señales de radio Colocar el enrutador cerca de dispositivos como televisores u otros aparatos electrónicos puede afectar la señal WiFi, ya que las pantallas generan interferencias y actúan como barreras metálicas. Además, cualquier dispositivo que funcione con ondas de radio, como microondas o teléfonos inalámbricos, puede interferir con la señal.
Ubicación del módem El lugar donde pongas el módem es clave. La mejor opción es un área central (como el primer piso de una casa de varios niveles) y lo más alto posible. Evita colocarlo debajo o junto a objetos, ya que esto puede reducir la calidad de la señal. Las habitaciones aisladas pueden ser adecuadas para trabajar, pero no son ideales para colocar el módem, ya que dificultan la propagación de la señal a otras partes de la casa.
Interferencia por Bluetooth y dispositivos conectados A medida que aumentan los dispositivos inalámbricos en casa, también crece la posibilidad de interferencias. Aparatos como enchufes, termostatos, cámaras y focos utilizan la red WiFi y pueden reducir la velocidad. Además, la cantidad de dispositivos conectados simultáneamente influye en la calidad de la conexión. Si varios usuarios acceden a la misma red desde diferentes habitaciones, la velocidad puede disminuir considerablemente.